En Muchas ocasiones ponemos la bañera a disposición de nuestras mensajeras sin ser verdaderamente conscientes de la importancia que esto tienen para su estado de salud y rendimiento deportivo.
El objetivo del baño es múltiple y debe ser utilizado consciente e inteligentemente en nuestro deporte, pues sus beneficios se pueden convertir en perjuicios si no se presta toda la atención en este básico tema.
En primer lugar no podemos olvidar que las plumas que cubren y adornan el cuerpo de nuestras bravas mensajeras nos son otra cosa que una modificación de las escamas de los reptiles, que han evolucionado en pos de la ligereza y flexibilidad necesarias para permitir el vuelo.
Las plumas constituyen un eficaz abrigo que permite a las aves conservar el calor corporal en cualquier ambiente de una forma muy efectiva, logrando una temperatura corporal más elevada que el resto de los animales. Es por eso que deben ser cuidadas con mimo, ya que un plumaje desarreglado o sucio es menos eficaz como regulador térmico y constituye además una invitación a los parásitos.
Desde este punto de vista, el baño cumple las imprescindibles funciones de limpieza y aceitado de las plumas.
La secuencia completa del aseo en el ave comienza con el baño, seguido del atusamiento de la pluma y del engrase de la misma.
Además, si queremos lograr mejores resultado a la hora de proporciona el baño a nuestras mensajeras, no es el agua el único elemento que debe intervenir en la higiene corporal de las palomas, los productos antiparasitarios y las sales de baño deben ser sabiamente empleados también. Por otra parte, los baños de sol son igualmente necesarios y beneficiosos para la salud de las aves.
Otro objetivo tremendamente importante del baño es el de humedecer las plumas a fin de poder extender mejor sobre ellas el aceite que segrega una glándula situada junto a la base de la cola llamada Glándula Uropigial. Este aceite interviene en la síntesis de la vitamina D al incidir sobre él los rayos de sol. El ave consume oralmente la vitamina D al arreglarse las plumas con el pico.
La importancia de este aceite que sirve entre otras cosas para impermeabilizar la pluma y hacer que el agua resbale sin penetrar, se demuestra también en el hecho de que su ausencia produce raquitismo o avitaminosis (carencia de vitaminas).
El baño es pues u elemento reparador del plumaje y relajante para la paloma, contribuyendo a su total recuperación tras un vuelo prolongado.
Pero el baño, mal utilizado, puede ser un elemento peligroso para el éxito en colombofilia, pues es necesario tener en cuenta que si el ave se seca en un lugar en el que existan corrientes de aire puede padecer de Ornitosis (catarro), u otros problemas respiratorios.
Así mismo, como la paloma elimina con el baño los aceites que tenía impregnados, la pluma pierde parte de su capacidad impermeabilizante, por lo que no es recomendable ofrecer el baño cuando se prevé que el próximo vuelo se va a desarrollar bajo la lluvia, pues el ave se empapará con mayor facilidad, haciéndose más pesada y por tanto, más difícil su vuelo.
Debido a esto, la norma general extendida en colombofilia y preconizada por los grandes maestros de nuestro deporte consiste en ofrecer a las mensajeras un baño semanal siempre con antiparasitario, alternando cada 30 o 40 días con un baño con sales, las cuáles contribuyen así mismo al buen estado de la pluma, pero de las que no conviene abusar.
Esta norma tiene su excepción durante la época de muda, período en el cual es recomendable el ofrecer a las palomas dos baños semanales mínimo.
César González