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lunes

EL DESCANSO DEL GUERRERO

La campaña ha concluido y una vez finalizados los concursos es la hora del descanso, tanto para la paloma como para  el colombófilo.
Tras los esfuerzos de los concursos, a aquellos ejemplares que hayan tenido la clase suficiente o la suerte necesaria para sobrevivir a la campaña deportiva, debe permitírseles ahora relajarse y disfrutar de una vida más natural.
Sin la férrea disciplina impuesta por la rutina del entrenamiento podemos juntar los sexos si estos han permanecidos separados durante el periodo de concursos e incluso dejar a los viajeros el realizar unas puestas y sacar adelante a un pichón con un triple objetivo: por una parte hacer efectiva esta buscada relajación en la paloma, por otro lado aumentar la querencia de la mensajera por el nido y por el palomar y por último con objeto de favorecer un buen desarrollo de la muda.
Además, este periodo en el que la muda avanza hasta llegar a la gran muda de septiembre y octubre debe de ser utilizado por el colombófilo para conseguir que esta se desarrolle perfecta, obteniendo al final de la misma un nuevo plumaje sedoso, brillante, flexible y compacto, el cual será una de las más eficaces armas con las que contarán nuestros guerreros para luchar en campañas futuras, pues no debemos olvidar que si cometiésemos algún error en esta delicada época del año, si por un exceso de medicación, por un sobreesfuerzo en la cría o una carencia de alimentación, vitaminas o minerales nuestras palomas desarrollaran un plumaje defectuoso, este problema ya  no podrá ser solucionado hasta la muda del próximo año.
El baño debe ser ofrecido a la paloma con mayor regularidad, ya que los calores estivales por un lado y la caída de la pluma por otro, harán que le guste tomar frecuentes baños, en los que los productos antiparasitarios  no deben de faltar con objeto de que el ave elimine aquellos indeseados huéspedes que haya podido adquirir en las cestas de viaje o en el esporádico contacto con otras palomas pues no debemos olvidar que aunque nuestras palomas estén perfectamente tratadas, no todas las que entran en la cesta lo están.
Este descanso y relajación debe abarcar todos los aspectos de la paloma y por ello también debemos procurar que sus órganos internos se repongan de los esfuerzos que les han supuesto la participación en repetidos concursos. Por ello, administraremos a la paloma una o dos veces por semana un té depurativo que limpie todas las toxinas e impurezas acumuladas en los órganos internos, especialmente en los riñones e hígado.
La comida, sobre todo en las primeras semanas de descanso ha de ser ligera, depurativa, pues el aparato digestivo también requiere una reparación después de la campaña, pasando posteriormente a una dieta que favorezca la gran muda.
Es muy importante en este periodo del año, al igual que en el resto, que no exista en nuestros palomares superpoblación, ya que esta solo nos puede acarrear problemas tales como enfermedades, disputas por el nidal o el posadero, irritación en las aves y estrés que es precisamente lo que intentamos evitar y contra lo que debemos luchar en todo momento.
Personalmente opino que una forma muy eficaz de conseguir para la paloma una vida lo más relajada y natural posible es abriendo el palomar durante los meses de descaso y permitiendo a las aves libertad para volar cuando lo deseen, sin embargo esto tiene la contrapartida de que las rapaces, sobre todo halcones y azores, tienen más posibilidades de causarnos importantes bajas en el palomar, por lo que, al menos en aquellos lugares con abundante población de aves de presa es mejor limitar las salidas al exterior de la paloma.
Es esta así mismo época de hacer balance, memoria del trascurso de la última campaña, con objeto de descubrir los posibles errores y buscar soluciones que nos permitan mejorar en un futuro, pues si bien la practica colombófila en si misma es gratificante y nos permite estar en contacto con nuestras queridas palomas y relajarnos nosotros mismos en el palomar rodeados habitualmente de un entrono natural, si además logramos mejorar nuestros métodos de actuación con el equipo, añadiremos a el intrínseco goce que nos proporciona la paloma, el placer de obtener todos los años algunos bonitos premios que colocar en nuestras vitrinas y sobre todo en nuestra memoria y que constituyen la guinda de este deporte.

                                                                                                       César González 


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