Visitas

contador de visitas para web

domingo

LA FLEXIBILIDAD


Flexible, según el diccionario de la Real Academia  quiere decir “que puede doblarse fácilmente”. Y es esta una cualidad que debe de tenerse en cuenta en numerosas ocasiones en la practica colombófila, ya que su presencia o ausencia en una paloma puede ser también una de las características que la conviertan en una campeona o que por el contrario, a pesar de poseer otras  cualidades, no la dejen sobresalir en el bando.
Y es que un ala flexible, aunque de por sí sola no es garantía de éxito, ayuda a la consecución del mismo, hasta tal punto que la ausencia de ella puede resultar nefasta para un ave obligada a batir repetidamente sus alas en un largo vuelo de regreso.
Es precisamente en las pruebas de gran fondo donde un ala flexible ofrece unas mejores prestaciones al animal que la posee frente a aquellos otros que al carecer de esta cualidad, que por ello se cansan primero y deben interrumpir su avance, bien para descansar de forma momentánea, o en el peor de los casos para no ser capaz de retomar su vuelo, exhausta y agotada.
Y ya que la flexibilidad es una característica que a la vez que fácilmente observable, y que se puede trasmitir genéticamente de padres a hijos, debemos, si deseamos triunfar en las competiciones de fondo y gran fondo, incluir en nuestro cuadro reproductor solamente aquellos ejemplares que entre otros méritos y virtudes muestren un ala extraordinariamente flexible.
Es posible que algunos aficionados noveles, desconozcan como se evalúa la flexibilidad en el ala de la paloma, así que para cubrir esta laguna voy a intentar explicarlo: se coge la paloma con una mano, con firmeza, pero sin oprimirla en exceso, tal y como se haría para cualquier otro tipo de manipulación, y con la mano que nos queda libre, introduciendo las puntas de los dedos bajo su ala intentamos abrírsela suavemente. Es posible que en ocasiones la paloma por encontrarse nerviosa al estar sujeta cierre bruscamente el ala, en tal caso volveremos a repetir el ejercicio. Una vez relativamente relajada, el ala se debe abrir con suavidad, sin tensión, crujidos o bruscos movimientos, y el ave permitirá su extensión sin dificultad. Este será indicio de un ala flexible.

Por el contrario, un ala que se cierra rápidamente como si un resorte le impidiera su apertura, como si un muelle invisible hiciese fuerza para que se cerrase, suele ser indicio inequívoco de carencia de flexibilidad o lo que es lo mismo, de rigidez en el músculo, y como es sabido, un material (en este caso un músculo) que es rígido, si lo doblamos repetidas veces termina por romperse. Eso mismo pasa con el ala de nuestras palomas, “se rompen” con la repetición del ejercicio si no cuentan con la suficiente flexibilidad.

                           César González