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LAS CLAVES PARA EL GRAN FONDO


Hace unos días recibía en mi cuenta de correo electrónico un e-mail de un colombófilo colombiano, más en concreto de la ciudad de Medellín, que me realizaba la siguiente pregunta:
¿En qué momento se puede considerar que una paloma se encuentra apta para un vuelo de fondo, aparte de tener un buen manejo alimenticio y sus condiciones físicas estar en perfecto estado y cómo podría darme cuenta del estado anímico de ellas mismas?
Intentando dar respuesta a la pregunta planteada, me puse a analizar la situación; y preguntándome: si una paloma está correctamente alimentada y adecuadamente entrenada para enfrentarse a una prueba de gran fondo, ¿cómo saber si regresará o se perderá?
Pues bien, todos sabemos que esta pregunta no tiene solución, nunca podemos estar seguros de si una paloma encestada para un vuelo de más de 700km. regresará a su palomar o desaparecerá para siempre.
Y como esto es así, y no tiene “vuelta de hoja”, por muchos signos que busquemos en la paloma, por mucho que hayamos intentado esmerarnos en la ración alimenticia, por muchas horas de entrenamiento o de descanso que hayamos dedicado a preparar a la paloma para un vuelo de resistencia, por mucho que observemos sus ojos, su garganta, sus músculos hinchados y en plena forma, sus plumas sedosas y aceitadas, sus patas calientes, el punto rojo de la quilla, etc. etc. etc.… por mucho que nos esforcemos, nunca estaremos seguros al 100% de que esa paloma regresará.
Pero sucede que a ninguno nos gusta perder palomas, y mucho menos en los grandes fondos, donde concurren las mejores mensajeras de la temporada, y por ello miramos y remiramos todo lo que atañe a la paloma, buscando las claves que nos permitan realizar una apuesta lo más segura posible, que nos pronostique el éxito deseado.
A veces, es mucho más fácil el buscar aquellas palomas que no regresaran, detectar las palomas que probablemente se perderán, y así evitar bajas innecesarias, obteniendo por tanto un resultado más satisfactorio con el equipo designado para una prueba.
Por ejemplo, una paloma es fácil que se pierda o al menos que su regreso sea fuera de control en algunos de los siguientes casos:
ü  Palomas, tanto machos como hembras que están “a la caza del nido”, debido por una parte al cansancio que esto les produce, y por otra a lo poco que se alimentan en este periodo, pues el macho tiene su mente fijada en la hembra y esta es perseguida y acosada en todo momento hasta que realiza la puesta, por lo que en este momento ninguno de los dos miembros de la pareja está en buena situación para un vuelo prolongado.
ü  Una hembra que acaba de poner. Debemos tener en cuenta que cuando la hembra pone el huevo, aparte de la fatiga física que esta acción le ocasiona, en esa blanca, ovalada y frágil cápsula ha almacenado una gran cantidad de alimento concentrado (la yema), listo para ser utilizado por el pichón por lo que día a día ha tenido que ir prescindiendo de sus propias reservas para invertirlas en esa apuesta de futuro para su especio que constituye el huevo.
ü  Una paloma que tira la primera remeta tampoco se encuentra en buena situación para los concursos más largos, hasta que al menos no le haya salido nuevamente el cañón y una cuarta parte de la pluma. La explicación a este fenómeno no está del todo clara (al menos yo no la conozco). Es posible que en el ave surjan cambios hormonales que le produzcan un estado de malestar temporal, incluso fiebre, y aunque algunas palomas pueden regresar en estas condiciones del fondo o gran fondo, lo normal es que en el mejor de los casos no realicen una buena clasificación, siendo su pérdida la apuesta más segura.
ü  Un macho que ha perdido su nidal en una pelea, a parte de las secuelas físicas que esto le haya podido producir y del agotamientos propio de una larga disputa pues, normalmente, los machos no rinden sus territorios sin haber batallado durante largo tiempo, se encuentra seguramente en una situación anímica mala, un estado parecido a la humana depresión.
ü  Una paloma que no vuela en el bando, que se descuelga de esta para detenerse en cualquier tejado o poste también nos está diciendo algo, normalmente esta es una señal de agotamiento producido por algún vuelo anterior, o quizás un exceso de alimentación que le ha provocado sobrepeso. Son varios los factores que pueden provocar este comportamiento en la paloma y por lo tanto debemos vigilar a las aves que actúan de esta manera para intentar determinar el porqué de su comportamiento.
ü  Observar los excrementos de la paloma también nos puede dar pistas de su estado de forma y de salud. Si estos no son perfectos, redondeados y duros, es mejor dejar a la ploma en casa que arriesgarse a perderla.
Si por una parte evaluamos las cosas que pueden beneficiar a la paloma para su regreso (estado físico, posición de huevos, estado de los músculos de pecho, etc.) y por otra parte logramos descubrir a las palomas que por sus circunstancias individuales tendrían más posibilidades de perderse, podemos “acertar” mucho más a la hora de encestar al equipo para el gran fondo.
                                             César González



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