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LA ORIENTACIÓN, ALGO SECUNDARIO


        Aunque realmente el prodigio que distingue a nuestras queridas palomas de el resto es su desarrollado sentido de orientación, y su tremenda capacidad para encontrar el palomar desde cualquier punto en el que sean soltadas, podríamos decir que este sentido que indudablemente tienen, necesitan y utilizan es una  cosa que me atrevo a considerar como secundaria a la hora de volver a su casa desde un lugar alejado y me explico: para afrontar un concurso, ya sea este de velocidad, medio fondo, fondo o gran fondo la paloma sobre todo necesita contar con la “gasolina” suficiente para llegar a casa.
Pongamos un ejemplo que ilustre el tema y que haga más fácil su comprensión; si cogemos el coche para ir de una ciudad a otra y tenemos señales que nos indiquen el camino, y contamos con un mapa que nos oriente, podremos llegar sin problema por una línea más o menos recta siempre y cuando en el depósito de nuestro coche hayamos partido con el suficiente combustible, en este caso gasolina o gasoil para hacer el trayecto requerido, suponiendo que como nuestras palomas no tuviéramos posibilidades de repostar por el camino.
De igual manera es necesario prever la distancia que tendrá que cubrir la paloma en el próximo concurso y dotarla de la suficiente “gasolina” para regresar, cantidad que será la junta para recorrer la distancia revista, pero no más, para que no resulte un lastre innecesario, ni menos, lo le supondría agotar sus fuerzas antes de llegar.
 Y este, amigo lector, es uno de los verdaderos problemas y de los grandes “secretos” de la colombofilia. Secreto que no lo es en si mismo, sino ignorancia en muchos casos y dejadez en otros, pues no es fácil el alimentar a las palomas, requiere unos mínimos conocimientos de los componentes de la mixtura que les damos y una sabia utilización de las mezclas, cosa que solo con estos conocimientos y experiencia se consigue dominar en cierta medida, si bien partimos de la base de que es imposible el evaluar e intervenir en todos los factores que intervienen en este proceso, por lo que debemos tender a acercarnos a una alimentación perfecta de nuestro equipo para cada suelta aunque no lo consigamos al 100%.
El regreso de una prueba de 350 Km. suponiendo una velocidad media ligeramente superior a los 60 Km./h le supondrá al ave una vuelo continuado de 5 horas. 10 horas si la prueba es de 700 Km. , etc, de esta forma nos debemos dar cuenta de que a parte de la dificultad de orientarse, cosa que aunque no tengo pruebas científicas de ello, pienso que será igual de difícil desde 350 que desde 700 Km., la gran diferencia es el tiempo la paloma tiene que resistir agitando sus alas, volando para regresar.
Esa es la dificultad del fondo y del gran fondo y por ello son consideradas como pruebas de resistencia, más que de velocidad. Pruebas a las que hay que acudir con el deposito bien repleto de combustible y con el motor bien engrasado y afinado por el ejercicio diario del entrenamiento.
Si vuela sobre tierra, una paloma que acude con más “gasolina” en el deposito de la requerida, aunque pierda tiempo por tener que detenerse a descansar, siempre puede reanudar el viaje unas horas después o al día siguiente, pero ¿que pasa si  vuela sobre el mar?, sin duda es muy probable que no tenga posibilidad de detenerse a descansar.
Por otra parte, y siguiendo con el símil del automóvil, y más concretamente con la Formula 1 que últimamente ha popularizado nuestro compatriota Fernando Alonso (Asturiano para más señas), podemos observar como los diversos equipos participantes en un Gran Premio realizan distintas estrategias en cuanto a la cantidad de llenado del deposito de combustible, poniendo menos cantidad para obtener la pole o un mayor repostaje con objeto de realizar menos paradas en boxes.
Igualmente, nosotros debemos de aumentar el porcentaje de hidratos de carbono en la mezcla de las palomas antes de un concurso mediante una abundante ración de granos ricos en ellos tal como ocurre con el maíz y otros cereales, especialmente en las pruebas de velocidad y medio fondo, y reservaremos el combustible de mayor octanaje ( los guisantes, pipas, haboncillos, etc) para aquellas pruebas en las que queramos dotar a la paloma de una reserva de grasa suficiente, es decir para el fondo y gran fondo, si bien todos los granos deben estar presentes en la alimentación diaria de la paloma, siendo su porcentaje en la mezcla el que varíe y no su presencia o ausencia.
Incluso las “tácticas de equipo” van más haya y pueden aconsejar enviar una paloma con el deposito lleno para una suelta de velocidad cuando las previsiones meteorológicas nos inclinen a pensar que en vez de los 250 o 300 Km. en un principio debería realizar el ave en un vuelo más o menos recto desde el punto de suelta al de destino se pueden convertir en 500, 600 o 700 Km. si el viento, las borrascas o las nieblas las obligan a rodear las adversidad existente o les provocan, como sucede con el viento una inevitable desviación o deriva que dificulta el vuelo y puede ser causa de perdida del animal.



                                              César González 


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