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PACIENCIAS, SÓLO LA JUSTA


              En casi todas las ocasiones que se leen artículos colombófilos en este u otros medios ha la hora de dar un consejo a los que empiezan en este deporto se les dice que deben tener paciencia. Y es una gran verdad que la colombofilia requiere eso que se denomina paciencia y que en gran medida se debe interpretar como tesón en el empeño.
             Paciencia hay que tener, no lo olvidemos, solo la justa, es decir, para conseguir el éxito en colombofilia, al igual que en cualquier otra actividad, no vasta con sentarse a esperar a que llegue un día; muy al contrario hay que “salir a buscarlo”. La “paciencia” mal interpretada acaba convirtiéndose en dejadez, en abandono, como pensamos que el éxito no puede llegar pronto caminamos muy despacio en vez de perseguirlo con paso firme y decidido, sin prisa, pero sin pausa.
            No es imposible conseguir el éxito en el primer año de colombofilia, y de ello puedo dar fe pues yo mismo en mi primera participación conseguí ganar el campeonato social de pichones; pero para ello fue necesario “poner toda la carne en el asador”, es decir hacer las cosas lo mejor posible, buscar una buena línea de palomas para comenzar, instruirse en libros y revistas sobre enfermedades, métodos, cuidados de la paloma y el palomar, etc, además de todo esto, las instalaciones deben estar en todo momento impolutas y se debe llevar un adecuado método preventivo de las enfermedades, sencillo, administrando las vacunas que específicamente para palomas existen en el mercado y tratando contra parásitos internos, externos, coccidios y tricomonas, sin más complicaciones, pero siendo riguroso en su desarrollo y realizándolo en el orden correcto, es decir: primero parásitos, luego coccidios y tricomonas, para finalizar con las vacunaciones; todo ello con periodos de descanso de unos días entre un tratamiento y el siguiente y administrado vitaminas para ayudar a la paloma.
            Si desde un principio hacemos bien las cosas, deberemos tener mucha menos paciencia que si comenzamos por el camino equivocado y posteriormente queremos enderezar el rumbo, pues en ese momento, tanto nosotros como nuestras palomas habremos adquirido una serie de “vicios” o malos hábitos deportivos que nos será muy difícil cambiar.
            Es necesario tener paciencia a la hora de enseñar a una paloma que es lo que de ella esperamos; es necesaria la paciencia para no “quemarla” en su primer año deportivo; paciencia también hace falta para saber esperar a que un reproductor de el resultado que de él esperamos, y se necesita mucha paciencia para limpiar todos los días el palomar de arriba abajo, sabiendo que antes de que nos vallamos de él ya lo habrán llenado de excrementos, y paciencia hay que tener para enviar una paloma a más de mil kilómetros de distancia y estar esperando que regrese.
            En las guerras actuales, como en la reciente guerra entre la coalición angloamericana e Iraq, existía una diferencia de potencial bélico tan abismal entre ambos contendientes, que en el combate, desde un principio estaba claro el vencedor. Pues bien, esto mismo pasa en las competiciones de palomas mensajeras. Muchos colombófilos envían a sus soldados a luchar contra ese tremendo adversario que es el Gran Fondo totalmente desarmadas o como mucho con armas ligeras, donde se requiere armamento pesado.
            Para poder contar con el mayor porcentaje de posibilidades de éxito colombófilo es necesario no descuidar ningún aspecto en el cuidado de la paloma, empezando mucho antes de su nacimiento, con la selecciona y esmerado cuidado de los reproductores, continuando con su periodo de crecimiento, fundamental para conseguir un atleta excepcional, y finalizando con una carrera deportiva bien dirigida por su preparador físico, manager, y entrenador, el colonbófilo.
           

                                                                              César González