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¿CÓMO ACTUAR CON LAS PALOMAS QUE LLEGAN RETRASADAS DE UN ENTRENAMIENTO O CONCURSO?


Cuando una paloma regresa al palomar después de varios días, bien sea de un concurso o de un entrenamiento, puede haberse infectado o contaminado con algún virus, microbio o parásito, que ésta, a su vez, trasmitirá al resto del palomar produciéndose así un riesgo para nuestra colonia alada, lo cual puede derivar en un problema sanitario leve, o incluso grave, con resultado de muerte de parte de los individuos contaminados; Sin olvidar que esto nos puede obligar a  tener que interrumpir las competiciones y si no lo hacemos así, podemos convertir el problema individual en una epidemia general.
            Para evitar estos graves problemas, es suficiente con actuar de la manera que a continuación se expone, según el caso de que se trate:

Caso A.- Una paloma llega al tercer o cuarto día de un concurso o un entrenamiento: estas palomas se han visto obligadas a buscar agua e incluso algo de comida donde han podido (ríos, pantanos, charcas, sembrados, cultivos, otros palomares, etc.); pero como las veces que ha comido y bebido han sido pocas, existen así mismo escasas, pero no nulas, posibilidades de que hayan cogido alguna enfermedad. Por ello es recomendable actuar de la forma siguiente según el estado físico en que se encuentre la paloma:
1º) Si la paloma, a pesar de prácticamente no haber comido ni bebido durante tres o cuatro días, y a pesar del esfuerzo realizado por el vuelo presenta un buen aspecto y no “ha quemado” totalmente sus energías, si al cogerlas en las manos observamos que aun le quedaban unas mínimas reservas en su organismo, lo más prudente es sin dejarla comer ni beber en el palomar, aislarla en una jaula-enfermería, en la que inmediatamente le proporcionaremos el agua y la comida que ansía y la dejaremos descansar hasta el día siguiente.
            A la mañana siguiente, le retiraremos la comida temprano; más tarde, con el estómago vacío le administraremos una pastilla anti-tricomonas (que podría ser Spartrix u otra) y otra pastilla contra coccidios (por ejemplo Apertrex); volviendo a ponerle la comida uno hora y media o dos horas después de la administración de los medicamentos, pues si se la administramos con comida en el buche, en ocasiones la paloma puede vomitar la comida y por tanto la pastilla. Posteriormente y sin mucho tardar le administraremos una dosis de tratamiento contra parásitos internos (lombrices).
 Finalmente y trascurridos dos días desde su regreso al palomar, siempre y cuando los excrementos se hayan normalizado, la integraremos en su palomar, no sin antes rociarla con un funguicida para parásitos externos.
2º) Puede ocurrir que cuando la paloma regrese a su palomar  al tercer o cuarto día de haber sido liberada en el concurso haya gastado absolutamente todas sus energías, cosa que se nota en su comportamiento, pues no acierta a entrar por el spuny, y cuando la ponemos en la “jaula-enfermería”  cierra los ojos, dormitando, sin intención de beber ni comer. Además al cogerla observamos que ha desaparecido la grasa y el músculo de su pecho, siendo una huesuda quilla lo único que nuestras manos notan bajo las plumas. En este caso, el animal se encuentra totalmente extenuado, al borde del colapso y la muerte. El único motivo para regresar fue su fuerza de voluntad y amor por el nido, la pareja o los pichones, por lo que la única forma de conseguir que esta tenaz ave no sucumba a la deshidratación y al agotamiento es dándole “ayuda moral”, es decir, reintegrándola inmediatamente en su palomar sin pasar por la enfermería, a pesar de correr el riesgo de que contagie al resto del palomar, riesgo que como ya he dicho antes, en tres o cuatro días de tardanza no es demasiado elevado, y si la paloma lo merece, se puede asumir este riesgo para intentar salvarla.
            Dos o tres días más tarde, y ya parcialmente recuperadas sus fuerzas, será el momento de trasladarla a la “jaula-enfermería” para realizar el tratamiento preventivo correspondiente.

Caso B.- La paloma regresa a su palomar tras haber estado vagabundeando durante cinco o más días: para que una paloma haya podido sobrevivir por sus propios medios durante un periodo tan largo de tiempo es indudable que ha logrado encontrar agua y por supuesto alimento.
            En este caso el riesgo de haber sido contagiada con alguna enfermedad o parásito es mucho más elevado, pues una de las formas más comunes de encontrar comida es uniéndose a palomas bravías o zuritas, palomas que se encuentran en total libertad y pueden por lo tanto ser portadoras de enfermedades propias de su especie; o bien unirse a un bando de palomas domésticas, palomas que tampoco suelen estar desparasitadas ni medicadas por lo que también constituyen una posible fuente de contagios.
            Con estas premisas, la necesidad de aislar a la paloma es aun más prioritaria y el periodo de tratamiento debe ser mayor, por lo tanto, la cuarentena más larga; siendo como mínimo realizados tratamientos curativos (más que preventivos) contra ticomonas, coccidios y parásitos internos y externos.
            Pero la necesidad de aislamiento no se limita solamente a las aves que nos lleguen retrasadas de los concursos o entrenamientos; cualquier otra paloma que aparezca por los alrededores de nuestro palomar con intención de entrar en el mismo para alimentarse y beber debe  ser capturada antes de que pueda acceder al comedero o al bebedero por los mismos motivos ya tratados, permaneciendo en cuarentena o asilamiento hasta su futura liberación una vez recuperadas sus fuerzas o hasta el momento de se devuelta a su propietario si eso fuese posible.
            Siguiendo estos simples consejos, nos  ahorraremos más de un disgusto.
                                           
                      César González