Existen muchas formar de entrenar a las palomas, ya sena estas adultas o pichones, posiblemente tantas como colombófilos, y algunas son indudablemente mejores y otras peores. Por ello, yo me voy a limitar a explicar como entrenaba a mis pichones por si a alguien le puede ser útil.
Para hacer más fácil, dividiremos las distintas etapas de la preparación de los pichones:
a) Primera etapa: Cuando destetamos a los pichones, a la edad de 27-30 días, los pasaremos, a ser posible, a un palomar en que estén solos con otros pichones de aproximadamente su misma edad, o un poco más, para que vayan aprendiendo a comer, beber y volar al posadero sin que sean acosados por palomas adultas o pichones ya bastante desarrollados.
En esta etapa, el pichón es como un bebe que no ve el peligro en ningún sitio y que tiene que poco a poco ir conociendo su mundo y adquiriendo una serie de habilidades que le harán madurar en todos los sentidos. No debemos por tanto forzar sus capacidades en ningún sentido y seremos muy indulgentes con su actuación. No le exigiremos vuelos ni otras habilidades, basta con que vaya aprendiendo a responder a nuestro silbido cuando le ponemos la comida y que se acostumbre a nuestra presencia, por lo que es importante no realizar movimientos bruscos en el palomar.
b) Segunda etapa: Este periodo de la vida de la paloma comienza cuando el joven pichón ya acude al comedero con presteza al llamarlo a la hora de la comida y se desenvuelve bien dentro de su palomar; quizás ya tenga un posadero favorito y comienza a tener en sus alas las fuerzas necesarias para volar. En esta etapa va adquiriendo el instinto gregario que caracteriza a su zara.
Este es el momento de abril las ventanas del palomar o espumy y permitirle que salga (si lo desea) por primera vez a conocer las afueras del palomar. Aproximadamente el pichón tiene unos 35-40 días y en esta etapa es suficiente con que aprenda a salir del palomar y a regresar a este cuando lo llamamos para comer, teniendo en cuanta que siempre le abriremos la venta antes de darle la comida (aunque lo hagamos por la tarde no habrá comido nada en todo el día) y al regresar encontrara comida en el interior.
c) Tercera etapa.- Una vez los pichones ya van dominado el vuelo y sobre todo el aterrizaje, cosa que les resulta más difícil que lo primero, comienzan a sentirse seguros en el aire, hacen sus primeras cabriolas y acrobacias, cosa que les será muy útil en el futuro para esquivar los ataques de los depredadores, pero que en este momento es más bien un juego que una necesidad.
Los jóvenes atletas vuelas cada uno por su lado, ascienden en el cielo para luego dejarse caer, aterrizando, a veces estrellándose más bien contra el tejado y van fortaleciendo sus alas y el resto de músculos necesarios para el vuelo, adquiriendo coordinación, confianza y fuerza.
Y un día, aproximadamente a los 60 días de edad veremos que los pichones han hecho un pequeño bando, al que poco a poco que irán uniendo el resto de los jóvenes aprendices de mensajero.
d) Cuarta etapa: Aproximadamente a los tres meses de edad ya podemos dar un paso más en la educación de nuestros pichones y comenzar a educar su sentido de orientación.
Para ello comenzaremos por cogerlos un día por la mañana e ir introduciéndolos en las cestas de entrenamiento. Esta, su primera ver enjaulados, es una experiencia muy estresante para las palomas, por lo que observaremos que intentan salir de la jaula, se pelean unos con otros y se muestran muy agitados.
Dejaremos a los jóvenes mensajeros en la cesta durante una hora aproximadamente para que se vayan acostumbrando a ella y nos alejaremos unos metros del palomar para soltar a las palomas. El motivo de este “ejercicio” es que el ave aprenda que “el juego” consiste en volar desde la jaula hasta el palomar.
Al día siguiente podemos volver a coger a los pichones y tras dejarlos nuevamente durante una hora para que continúen acostumbrándose a la permanencia en las cestas, los soltaremos a una distancia nunca superior a los 5 Km., siempre por la mañana y a ser posible con día soleado, ya que los pichones en sus primeros vuelos utilizan como principal medio de orientación, a parte de su magnifica visión, a el sol.
Además es importante realizar los entrenamientos siempre por la mañana y con buen tiempo, ya que si algo saliese mal, si el bando fuese atacado por algún halcón o de repente las condiciones meteorológicas cambiasen, muestras palomas tendrían más horas de luz para regresar al palomar.
En días posteriores iremos soltando el bando y aumentado la distancia, para lo cual es buen método el multiplicar la distancia de la ultima suelta por dos, soltando asía a 5, 10, 20 y 40 Km., desde los cuatro puntos cardinal
e) Quinta Etapa: una vez que nuestras palomas ya llevan varias sueltas de 40 Km., ya están listas para acudir a los entrenamientos con el resto de las palomas del club y posteriormente a los entrenamientos regionales.
Estos dos tipos de entrenamientos, los sociales y los regionales, son sumamente importantes, ya que en ellos las palomas aprenden a “romper” con su instinto gregario, separarse del bando y volar solas hasta su palomar. En estos entrenamientos, las buenas palomas ya no se dejarán arrastrar por el grupo y muy al contrario, serán ellas las que marquen el camino a las demás. Así mismo, en estos entrenamientos, los jóvenes pichones que han sido arrastrados por la bandada hasta otros palomares, van aprendiendo de sus errores a corregir su línea de vuelo.
Nunca me cansare de repetir lo importantísimos que son estos entrenamientos para nuestras palomas, y de ellos depende en gran parte el que la próxima campaña de concursos sea buena o mala.
En Asturias, al igual que supongo pasará en muchas otras zonas, debido al incremento que año a año sufre el coste del trasporte de las palomas, con objeto de reducir gastos cada vez se realizan menos entrenamientos sociales y regionales, lo cual es un lamentable error que se acaba pagando en las competiciones.
Recuerdo que en mis primeros comienzos como colombófilo, a principios de la década de los 90, tanto en los clubes, como a nivel regional se realizaban un buen numero de entrenamientos, con lo que las palomas podían aprender sin correr demasiados riesgos, ya que se soltaban, normalmente a este lado de la Cordillera Cantábrica.
Sin embargo, desde hace unos años, se programan muchos menos entrenamientos, a los que incluso muchos colombófilos no acuden para no tener que pagarlos. Como además de pocos, alguno siempre se suspenden debido a la meteorología, cada año muchos colombófilos acuden al primer concurso (250Km.) con sus palomas con escasa o nula preparación, lo cual sumado a que los que han hecho entrenamientos, han realizado menos de los que seria necesario, acaba formado un cóctel cuyo efecto es que año tras año los resultados empeoran, las pérdidas en los primeros concursos se elevan y muchos colombófilos acaban abandonando el deporte, desesperados al quedar “fuera de juego” y sin palomas al principio de la campaña.
Debemos pensar que, aunque nosotros en nuestra mente tengamos perfectamente clara la situación de nuestro palomar y podamos visualizar la ruta de regreso de las palomas, no debemos creer que la paloma también tiene en su cerebro la imagen mental del mapa de España. Para ella es tan o más difícil orientarse cuando la soltamos a 50 Km., como cuando lo hacemos a 500, la única diferencia es que en el primer caso, y aun suponiendo que algo vaya mal, tendrá normalmente fuerzas suficientes para regresar a casa, sin embargo, en el segundo caso, como no la hayamos preparado lo suficientemente bien como para resistir un mínimo de 5 o 6 horas volando (eso poniendo las cosas muy favorables, ya que normalmente para cubrir esta distancia necesitan al menos 8 horas de vuelo) perderemos a nuestra querida paloma para siempre.
Así pues, y como conclusiones, si no queremos perder inútilmente nuestras palomas:
a) Entrenamiento progresivo.
b) Frecuentes repeticiones a distancias “prudentes”.
c) Soltar siempre por la mañana.