Visitas

contador de visitas para web

martes

EQUILIBRIO




Muchas veces pienso que el manejo de un palomar, de un equipo colombófilo es cuestión de “equilibrio”.
No me estoy refiriendo en esta ocasión al equilibrio que buscamos en cada paloma cuando la examinamos en las manos y observamos sus características fenotípicas, su plumaje, su osamenta, la quilla, la horquilla, etc., no, no es este el equilibrio del que os quiero hablar en esta ocasión, sino del delicado equilibrio que requiere la paloma para poder regresar de forma rápida y certera desde las distancias que les toca cubrir en cada concursos o entrenamiento.
Para que una paloma vuele sin esfuerzo, incluso en los cotidianos entrenamientos alrededor del palomar debe estar entrenada, cuidada y alimentada de una forma equilibrada.
El realizar un entrenamiento equilibrado no es demasiado difícil, basta con ir aumentado la duración del mismo poco a poco según van pasando los días  y se va acercando la época de concursos e ir luego regulando los esfuerzos y descansos de manera que el animal tenga tiempo de recuperarse tanto muscular como psicológicamente del esfuerzo realizado el día de la competición. Evidentemente algunos animales tardan más en recuperarse que otros pues quizás su metabolismo es deportivamente inferior o el esfuerzo que ha realizado para volver a casa ha sido mayor, incluso habiendo tardado varias horas desde un lugar que tendría que haber llegado en minutos.
La observación y la prudencia son en estos casos las mejores armas que tenemos a nuestro alcance. Observar si la paloma esta alegre y recuperada o triste y apática, si observamos cualquier signo de cansancio, de no haber recuperado completamente “el golpe” que le produjo su último vuelo de regreso, la prudencia aconseja dejar al ave descansar, recuperarse plenamente, no obligándola a volar e incluso llegado el caso pasándola a otro departamento donde pueda descansar sin ser molestada por el resto del equipo colombófilo.
Y si el mantener un adecuado equilibrio de esfuerzo y descanso, entrenamiento y recuperación ya tiene cierta dificultad, las cosas se complicas en mi opinión mucho más al buscar el adecuado equilibrio alimenticio de la paloma.
Una paloma mal alimentada no va a ser un deportista ganador, incluso tiene muchas, muchísimas posibilidades de perderse. Si bien esta palabra no está bien utilizada, la paloma no se pierde pues sabe dónde está y a donde tiene que ir, pero una paloma en exceso delgada se quedara sin “combustible” para alcanzar su destino, y una paloma con obesidad requerirá para el vuelo un esfuerzo extra tan notable que sus músculos dirán “no” antes de llegar a casa, agotara la emergía de fácil absorción, los azucares que alimentan el musculo más rápidamente que una paloma en su peso ideal y dado que la grasa ya no es tan fácil de convertir en energía, la paloma no llegara nunca a su destino, sin contar con que una paloma con sobrepeso es una presa mucho más fácil de capturar para las aves de presa.
El régimen alimenticio de una paloma mensajera se basa en administrarle diariamente granos que compongan una cierta cantidad de hidratos de carbono, que le dan energía, proteínas que le ayudan a formar las plumas, el músculo, etc., y grasas que son una forma de reserva que tiene el organismo para las épocas de carencia.
En teoría a la paloma le hay que suministrar en cada ración, con objeto de que sea equilibrada, un mayor porcentaje de hidratos de carbono, algunas proteínas y unas pocas grasas. Como los hidratos de carbono son abundantes en granos como el maíz, el trigo y la cebada, podemos considerar que estos son la base de la alimentación. Las proteínas están presentes en mayor cantidad en los leguminosos (guisantes, habas, etc.) y para suministrar grasa se suele administrar a la paloma pipas de girasol y cacahuetes.
Hasta aquí el único problema es encontrar los granos en la variedad  y calidad deseada, pero una vez sobrepasado este escollo comienza el verdadero problema, un problema que no tiene una única solución: ¿Qué cantidad de cada grano incluir en la mezcla?
Como norma general podríamos decir que con un 60% de hidratos de carbono, un 30% de proteínas y un 10% de grasas la paloma estaría bien alimentada, pero claro, en algunos momentos la paloma vuela menos, por lo que quizás no necesite tantas grasas o esta mudando con lo que las proteínas la pueden ayudar. Para preparar un gran fondo son muy útiles los cacahuetes, que además les encantan una vez que se han acostumbrado a su ingesta, pero deben ser usados con mucho tiento, la paloma es una animal goloso y el exceso más que un beneficio va a ser un lastre para el concurso.
Equilibrio alimenticio es la clave y como conseguirlo el  trabajo y por tanto el mérito de cada colombófilo. Aquí es donde se demuestra en muchas ocasiones la pericia, maestría y buen hacer del aficionado con talento. Y no sólo hay que demostrar sabiduría a la hora de calcular el porcentaje de cada grano, la cantidad servida en cada comida también tiene gran importancia. Es este pues un tema capital en el manejo de todo equipo colombófilo y que evidentemente no tiene una fórmula magistral pues utilizando los mismos porcentajes, la misma mezcla y en la misma cantidad un año se puede volar muy bien y otro no salir de la mediocridad, pues son tantos los factores que influyen en una campaña deportiva que es ciertamente imposible el abordarlos adecuadamente todos, sin embargo no cabe duda que aquel que sea más equilibrado y prudente en sus decisiones obtendrá año tras año unos mejores resultados.

César González