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HORAS DE VUELO

Medio fondo, velocidad, fondo, gran fondo, son para todos los colombófilos palabras muy concretas, definen la distancia del concurso en el que va a participar nuestro equipo de palomas.
Sabemos que en un concurso de velocidad las palomas serán soltadas a una distancia desde el punto de suelta hasta nuestro palomar superior a los 250 kilómetros e inferior a los 350, ya que cuando esta se sobrepasa hablamos de concursos de medio fondo. A partir de los 500 kilómetros los concursos ya entran en la categoría de fondo, pruebas ya difíciles para las palomas y de los 700 kilómetros en adelante hablamos de concursos o carreras de gran fondo.
Estas distintas categorías en que dividimos los concursos en los que participan nuestras palomas son puramente teóricos, ya que en realidad no sabemos cuántos kilómetros ha recorrido una paloma desde que ha sido soltada en un lugar X hasta que ha llegado a nuestro palomar.
La lluvia, los bancos de niebla, los arrastres  y sobre todo el viento pueden desviar a la paloma en su ruta de regreso  haciendo aumentar más o menos la distancia a recorrer por el ave hasta convertir una prueba teóricamente fácil en un concurso tremendamente duro en el que se pierden numerosas palomas.
Por eso, a mí, para saber el esfuerzo que ha realizado una paloma en un concurso me dice mucho mas el tiempo que ha tardado en regresar que la distancia a la que ha sido soltad.
Una paloma que ha sido soltada por ejemplo a una distancia de 300 kilómetros volando a una velocidad media de 60 kilómetros/horas debería tardar 5 horas en llegar a casa. Es decir 5 horas en las que el ave está volando sin descanso.
Evidentemente hay concursos cuyas velocidades medias son muy superiores a estos 60km/h puestos por ejemplo, y también los hay más lentos, pero lo que aquí quiero dejar claro que una paloma bien entrenada y adecuadamente motivada puede volar 5 horas ininterrumpidas sin que esto le suponga un esfuerzo excepcional.
Pero los problemas surgen cuando se sobrepasan las 5 horas de vuelo. En este caso el animal ya sufre un desgaste físico más importante, por lo que su recuperación deberá ser en muchos casos mayor.
Una paloma que vuela 5 horas o menos puede acudir a la cesta semana tras semana en principio sin ningún problema, pero una paloma que ha sobrepasado este tiempo de vuelo aunque en teoría haya sido soltada a una distancia inferior a los 300km debe ser evaluada de forma muy cuidadosa para saber si está en condiciones de acudir al concurso de la próxima semana, pues el hecho en sí de tardar 6, 7, 8 o más horas de un concurso de esta distancia puede implicar que voló mucho más de lo debido por alguna de las causas anteriormente mencionadas o simplemente que se detuvo unas horas a descansar volando la prueba mas o menos en línea recta pero en varias etapas.
Cogiendo a la paloma en las manos a la llegada, a poca experiencia que tengamos, notaremos si ha sufrido un desgaste importante y consecuentemente ha perdido un considerable peso y masa corporal, o si simplemente ha “vagueado” y se ha tomado la ruta con buena orientación pero con toda la tranquilidad.
En el primer caso la paloma debe tener el tiempo suficiente para descansar y recuperarse antes del próximo concurso y será necesario dejarla en casa durante un mínimo de 15 o 20 días antes de volver a la cesta.
Por el contrario, si observamos que su estado físico es bueno debemos meditar sobre cual puedo ser el motivo de su tardanza, a veces es simplemente falta de motivación y todos tenemos a nuestro alcance forman de motivar a una paloma, ya sea con su pareja, con una puesta de huevos, etc.
En Asturias, la pésima meteorología, lo elevado de las montañas, las lluvias, las nieblas, el viento, y en algunas ocasiones los cruces y arrastres con los enormes bandos de palomas portuguesas que cruzan la península de este a oeste hacen que nuestras palomas que van de sur a norte en numerosos concursos de todas las distancias tengan que volar bastante más de 5 horas para regresar a casa. Evidentemente no las primeras, pero si el contingente más numeroso que regresa lo hace tras muchas, muchas horas de vuelo.
Nosotros, los colombófilos, con el mapa de España perfectamente dibujado en nuestra mente con una línea recta trazada entre el punto de suelta y el palomar vemos a esas palomas e inconscientemente acabamos pensando que como ha hecho una prueba de velocidad o medio fondo no habrá problema para encestarla la próxima semana aunque la hora de suelta hayan sido las 8 de la mañana y el ave haya regresado a las 2, las 3 o las 7 de la tarde, total “ha volado un concurso de velocidad”, o no, quien sabe, es posible que la paloma haya volado sin descanso 500 kilómetros o más describiendo un pronunciado arco en su línea de regreso, zigzagueando o quién sabe si partiendo en una dirección errónea y volviendo horas más tarde al punto de suelta para nuevamente desde este retomar la dirección correcta, pues en entrenamientos he visto hacer esto a las palomas, ¿quién nos dice que no lo hacen también en los concursos?
Os voy a poner un ejemplo típico en Asturias que se da año si y año también con muy pocas excepciones: Suelta de velocidad con muchas palomas regresando después de 5 horas de haber sido liberadas, a la semana siguiente otra suelta igual, a la otra un medio fondo en el que las primeras llegan a las 7 horas de vuelos, luego otro medio fondo aun más largo tanto en kilómetros como en horas de vuelo. Y aún no han empezado los fondos.
Una paloma que haya realizado una prueba de velocidad y un medio fondo ha podido volar ya más de 1000 kilómetros (reales, no teóricos) en dos concursos con 15 días de descanso y aun le queda lo peor.
Afortunadamente para los que viven en otros lugares los concursos suelen ser mucho más fáciles para sus palomas, pero en estas verdes tierras del norte peninsular la dureza de los concurso no está sólo en la distancia a recorres, sino en la enorme barrera geográfica que tienen que sortear las palomas, la Cordillera Cantábrica, nuestra barrera natural con el resto del país.
Para seros totalmente sincero, cualquier paloma que haya sobrevivido a una temporada de concursos en Asturias acudiendo a una prueba de velocidad, un medio fondo un fondo y un gran fondo es en sí una campeona aunque no haya ganado ningún premio.
Otro factor del que aún no he hablado es el elevado número de aves de presa que tenemos en todo el territorio comprendido dentro del Principado de Asturias. Desde que los bando de mensajeras se acercan a las estribaciones de la cordillera hasta que llegan a la seguridad de su palomar, quizás ya a la misma orilla del mar, son víctimas de innumerables persecuciones, ataques y picados de halcones peregrinos, azores e incluso águilas perdiceras que rompen los bandos, siembran el pánico en las palomas y se comen a las menos afortunadas. Y esto es un considerable hándicap para aquellas palomas que regresan en cabeza o al menos en buena hora y con fuerzas suficientes, pero que decir de aquellas otras cuyas fuerzas están ya al límite de sus capacidades después de horas y horas de vuelo bajo el implacable sol de Castilla, de estas no vemos ni las plumas.
Hace años, cuando comencé la práctica colombófila, tras un concurso malo se podían recuperar palomas al segundo, tercer o cuarto día.
Actualmente después del segundo día por la mañana es casi imposible recuperar nada, pues estas palomas cansadas, deshidratadas y hambrientas son presa muy fácil para los veloces depredadores que se reproducen sin presión alguna por parte del ser humanos ya que están totalmente protegidos en todo el territorio.
Y todavía hay algunos “locos” que queremos seguir siendo colombófilos.

César González