Paloma Blondinette |
Esta
paloma, de tamaño medio, carácter dócil y bello plumaje, resulta un verdadero
reto pues al presentar una figura tan singular, requiere un adecuado trabajo de
selección en pos de conseguir ejemplares que muestren una armonía suficiente
como para poder ser incluidos en la raza.
Y
es que la paloma Blondinette posee muchas de las características que presentan
otras razas, pero unidas en un mismo ejemplar, el cual exhibe una bonita
corbata en su pecho formada por plumas ligeramente rizadas que en dos líneas
casi rectas cubren buena parte de su potente pecho. Unas plumas en la parte
trasera de la cabeza desdibujan el contorno de su cráneo dotándolo de una
hermosa concha, más bien un moño que debe estar bien formado, recto y sin
defectos apreciable.
Las
patas calzadas, con plumas que cubren sus tarsos y metatarsos, no de mucha
largura, pero que deben cubrir tanto la pata como los dedos del ave y desde
luego deben de mostrarse limpias y sin plumas rotas que afeen esta zona de la
Blondinette.
A
esto le debemos unir una cabeza poderosa, acarnerada, finalizada en un pequeño
pico similar al de un loro y que al mismo tiempo que resaltar su belleza,
resultan un hándicap más que considerable para la cría de ejemplares de esta
variedad acorbatada.
Todas estas características de forma y plumaje, unidas a la belleza de dibujos y coloridos de la pluma, con tonos blancos, negros, marrones, rojos, amarillos, azules, etc., todos ellos ribeteados o barrados, la coronan como la reina de las palomas ornamentales, el sumun de la selección dirigida por los colombicultores de todo el mundo.
Todas estas características de forma y plumaje, unidas a la belleza de dibujos y coloridos de la pluma, con tonos blancos, negros, marrones, rojos, amarillos, azules, etc., todos ellos ribeteados o barrados, la coronan como la reina de las palomas ornamentales, el sumun de la selección dirigida por los colombicultores de todo el mundo.
Cuando
finalmente me decidí a intentar conocer a fondo esta raza y criar ejemplares
que como mínimo fuesen dignos de ser considerados como miembros de las blondinettes,
acompañado de un buen amigo partimos en un viaje relámpago hasta llegar a la región
francesa de Burdeos, ya que conocíamos
en el vecino país, en esa vinícola región, famosa así mismo por el queso azul
francés por excelencia, el reputado Roquefort, muy similar aunque a mi parecer
menos sabroso que nuestro cabales, del cual aquí en Asturias somos maestros
productores, conocíamos como digo a un extraordinario criador de esta variedad
de palomas, Roger Bouygues.
Roger
Bouygues nos estaba esperando en casa de nuestro amigo Fagout con un buen bando
de Corbata Oriental Blondinette de gran calidad y entre las que poder elegir
unas parejas para extender su linaje en nuestra península ibérica.
Más
contentos que un niño tras la noche de reyes, regresamos a nuestras verdes
tierras Asturianas cansador por la “fartura” de kilómetros que habíamos hecho
en tan solo 25 horas, pero tremendamente ilusionados por los ejemplares que traíamos
en el maletero del coche y que esperábamos fuesen el origen de muchos días
disfrute colombicultor.
Preparados
los palomares para recibir a tan ilustres residentes ya antes de partir a por
ellos, con una escrupulosa limpieza, desinfección y pintura, ya sólo queda
esperar a que la cercanía de la primavera favoreciese el celo de los adultos,
con objeto de no tardar en ver las cazuelas llenas de pichones de picos cortos,
plumas singulares y exóticos colores, más aún para mi, acostumbrado a criar
palomas mensajeras de gran fondo las
cuales, inevitablemente suelen vestir de forma habitual con colores azules y
rodados o prietos, quizás para pasar más desapercibidas en las batallas a las que
tendrán que acudir en su vida deportiva y en las que los depredadores no
perdonan la vida de ejemplares más vistosos.
Dada
la información que tenía y viendo el minúsculo pico de la blondinette, la
utilización de mis mensajeras como nodrizas de las blondinettes era la opción
con más sentido común y que podía garantizar un mejor resultado de cría. Y así
fue como tras la puesta de huevos por parte de las parejas de blondinettes,
algunas parejas de mensajeras pasaron a ser las responsables de la incubación y
cría de la futura generación de pichones.